Seminario Intensivo en Villa Ocampo

jueves

Eras de Second Life


Philip Rosadale (1968)

Las Eras del Cibionte
La primera se inició en el 2001 y duró hasta principios del 2003. El precursor de SL se llamaba LindenWorld y había sido creado como plataforma para testear la realidad virtual y las tecnologías de interfaz táctil. En un comienzo los avatares se llamaban Primitares, extraños robots compuestos por prims, que merodeaban la Tierra con unas patas extrañas y cada tanto arrojaban granadas rediseñando el paisaje con su consabida brutalidad. Compartían el mundo con criaturas viboriformes llamadas Atores y con pájaros que comían rocas. Rebautizado como SL en marzo del 2002 se inició con pequeñas tribus de ciudadanos Alfa y Beta aceptados sólo por invitación. En ese entonces se compartía la tierra en común y aparecieron los utópicos y los bricoleurs, primeros tipos de habitantes de estos mundos virtuales.
La segunda Era comenzó en el verano del 2003 y mientras la mayoría de los colonos fungían con los residentes originales, comenzaban las primeras guerras culturales. En ese entonces el territorio era pequeño y tres de los simuladores eran The Outlands, donde se permitía el combate, convirtiéndose ese espacio el lugar donde dirimir los conflictos en un modelo de desarrollo social basado en Thomas Hobbes en su sentencia del hombre como lobo del hombre.
Una de las epopeyas de la segunda era fue la batalla por la pared Jessie, cuando jugadores provenientes de World War II Online (WWIIOL) llegaron de a centenares y crearon fortalezas y armas violentísimas que convirtieron al beta testeo en una guerra permanente que nada curiosamente imitó en gran medida el apoyo (por parte de los beligerantes) y la crítica (por parte de los pacifistas) a la participación de los EE.UU. en la guerra de Irak.

Guerras, treguas, pacifismo y Lebenraums
Con la expansión permanente del Lebensraum (espacio vital) las guerras empezaron a perder sentido; sin embargo, una revuelta generada por los propios residentes en contra de las políticas “top-down” implementadas por los dueños del mundo Linden tuvo un final impensado y cuya filosofía política duraría hasta nuestros días.
Se trató de la revuelta contra la política de impuestos de Linden Labs, según la cual los residentes debían pagar impuestos (que se incluían automáticamente en su abono mensual) por la creación de objetos. Mientras que los administradores lo planteaban como una implementación de la cuchilla de Occam para no aumentar innecesariamente las posesiones, los residentes revivieron el episodio como una nueva rebelión del té.

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